(fragmento de la entrevista con Hebe de Bonafini, del libro "2001. Relatos de la crisis que cambió la Argentina")
La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, rememora la represión sufrida frente a la Casa Rosada durante el último día de la presidencia de Fernando de la Rúa, la constitución de su organización como un espacio de resistencia durante los años noventa, el vínculo con los grupos piqueteros y el posterior acercamiento al kirchnerismo.
"Nosotras hicimos un comunicado contra el decreto del estado de sitio. Entonces, íbamos a llevar a la Plaza una mesa, un megáfono y unos papeles para que la gente firmara. Pero prendí la tele y vi que estaban arrastrando de los pelos a una piba embarazada vestida de rojo. Entonces le dije a Beba (Evel de Petrini): 'Vámonos ya. Mirá lo que está pasando'. Y nos fuimos las dos para la Plaza. Cuando llegamos, enseguida fuimos a preguntarles a los milicos dónde estaba esa piba. Y ahí ya se armó, pero no me imaginé lo que iba a pasar. Cuando pusimos la mesa y el megáfono, al ratito vinieron los milicos y rompieron todo a las piñas. Nos empezamos a agrupar, sin pensar lo que nos iba a pasar. La caballería ya estaba dando vueltas por la Plaza. Adelante se pusieron los de Infantería, que siempre son los peores. Entonces, nos agarramos de los brazos y empezamos a gritarles “Hijos de puta”. Ahí vinieron a pegarnos, por adelante y por atrás".
“Nunca pensamos que nos iban a pegar tanto. Vinieron con los caballos y los palos. Ningún hospital nos quería dar un certificado de que habíamos pasado por ahí. De la Rúa había dado la orden, porque eso documentaba que había habido represión y él no quería admitirlo. Una de las Madres tenía los pechos llenos de balas de goma, yo tenía surcada la barriga de los fustazos, a otra, los caballos le habían sacado todas las uñas de los pies”.
"Me parecía muy bueno que la gente se convocara sola. No venían con partidos, cada uno marchaba para decir: “Basta, esto ya no va más”. En cada esquina se prendía una hoguera, que era como una señal. Algunos venían tocando ollas, otros traían a sus chicos a babuchas. Fue una reacción diferente del pueblo y muy fuerte. Yo tenía la certeza de que estos tipos se tenían que ir y que ésa era la manera de sacarlos. Se tenía que ir De la Rúa, ya habían hecho demasiadas cosas, ya era muy jodida la situación".
"Yo fui mucho a las asambleas, pero no iba con el pañuelo, sino a ver qué pasaba. Empezaron como una experiencia buenísima. Era importante que el pueblo se agrupara en asambleas, en las que se formara y empezara a defender sus propios derechos, que dejaran el individualismo y que la solidaridad volviera a ser lo que tenía que ser".
ese pueblo argentino con este tipo de madres es como nuestros hermanos paisanos .los indios, a nadie le quitamos nada y no dejamos que nos quiten a nosotros. buena revision para trabajar estos valores en la escuela Gloria Carrazano
ResponderEliminargracias por tu comentario
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